Los mosaicos tienen un origen muy antiguo. Se han hallado mosaicos en Creta, Mesopotamia, y por supuesto en Grecia, Roma y el Imperio Bizantino, donde se combinó con la tradición oriental y dio lugar a mosaicos con grades cantidades de oro y se aplicaron los mosaicos a la arquitectura religiosa.
De Bizancio, los mosaicos pasaron al mundo islámico. También existió una técnica especial de mosaico en la América Prehispánica.
Desde el Renacimiento se ha seguido desarrollando hasta la actualidad.
Los mosaicos romanos se basaban en los tapices y la pintura, pero eran mucho más duraderos por el material utilizado.
Al principio, cuando el arte del mosaico empezó a desarrollarse en Roma, se hacía para decorar los techos o las paredes y pocas veces los suelos porque se tenía miedo de que se estropeara. Pero más tarde, cuando perfeccionaron la técnica, descubrieron que se podía pisar y empezaron a realizar pavimentos de lujo.
Las pequeñas piezas que formaban los mosaicos se llaman teselas, tenían forma más o menos cúbica y estaban hechas de rocas calcáreas o material de vidrio o cerámica, muy cuidadas y elaboradas y de distintos tamaños. Se ponían sobre la superficie, como un puzle, distribuyendo el color y la forma y aglomerándolas con una masa de cemento.
Para hacer las teselas de mármol o de piedra de color, se cortaba el material en finas láminas, luego en tiras y después en cubos. Para obtener las teselas de vidrio fundido (que podía teñirse añadiéndole diferentes óxidos de metal) se vertía éste encima de una superficie lisa para que se enfriara y se endureciera.
https://es.wikipedia.org/wiki/Mosaico_romano
https://www.arteguias.com/mosaicos.htm
En clase de Proyectos de Artes Visuales y Audiovisuales hemos querido hacer homenaje a Carmen Burgos de Seguí, que da nombre a nuestro centro y hemos hecho los murales de goma eva sobre su imagen.
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